LA INTELIGENCIA EMOCIONAL DE STEFANO PILATI

Manejar con talento y ligereza el legado histórico de Yves Saint Laurent y adaptarlo al siglo XXI no se consigue todos los días. Por eso, el director creativo de la 'maison' recibe el codiciado Premio Telva de Moda.



El italiano que sustituyó a Tom Ford sigue triunfando después de cuatro años, con su estilo refinado y chic. Ha conseguido posicionar de nuevo a la firma que erigiera el fallecido Yves Saint Laurent como un referente en el mundo del lujo.
Este milanés de 43 años recibirá en Madrid, el próximo lunes 20 de octubre, el Premio Telva de Moda al mejor diseñador internacional en una cena de gala considerada como el gran acontecimiento social de la temporada.

El patrimonio de la casa Saint Laurent es uno de los más importantes del mundo de la moda. Su fundador inventó el esmoquin femenino, el sastre pantalón, la sahariana, los pantalones de fiesta, las transparencias, ese modo de llevar el trench al estilo de su musa, Catherine Deneuve. Prendas convertidas en iconos, que Pilati ha reinterpretado una y mil veces, siempre con éxito.

Cuando en abril de 2004 Tom Ford dejó Yves Saint Laurent, nadie imaginaba la acertadísima apuesta que el Grupo Gucci había hecho con el nuevo nombramiento. Stefano Pilati, un joven con aspecto de gentleman inglés fue el encargado de superar la difícil tarea. Las referencias eran buenas, pero... ¿podría un italiano reinterpretar el chic francés? El lo consiguió ese mismo año: con su colección para la primavera-verano de 2005 las ventas aumentaron un 100%.

Pilati no responde al tópico de italiano extrovertido y parlanchín. Es más bien parco en palabras y dosifica sus apariciones en la prensa. En unas sinceras declaraciones al New York Times el pasado 31 de agosto, reveló el gran secreto de su vocación: «Tenía 16 años cuando decidí formar parte del mundo de la moda. Yo nunca fui un niño feliz. Siempre me sentía juzgado, como si todo lo que dijera o hiciese, estuviera mal. Pero cuando me ponía a dibujar, me relajaba, ya no me sentía tan solo. Y el mundo de la moda me pareció bello y sugerente».



En los desfiles para este otoño-invierno, la dualidad en Saint Laurent está más presente que nunca. Por la pasarela deambulaban modelos con un toque androide, pelos bob, paso firme y propuestas arquitectónicas. Chaquetas asimétricas, pantalones de inspiración ochentera y abrigos oversize mostraban la imagen más futurista del diseñador italiano. El negro, una constante también en su apuesta personal, volvió a ser el protagonista.

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