Sobre la elegancia
No sé bien porqué, pero llevo tiempo dando vueltas a la elegancia. Será porque la busco y no la encuentro, será porque aspiro a la belleza y la elegancia es una de sus formas, no lo sé, pero os dejo unas reflexiones para que podamos debatir.
Elegante viene de “elegir", y podemos afirmar que significa saber elegir. Nuestras sociedades consumistas ofrecen múltiples alternativas, y eso complica las elecciones. Si se tiene buen gusto, todo es más fácil. Pero esa cualidad -por lo que se ve- no está al alcance de la mayoría. El buen gusto surge de dentro y se exterioriza. Empieza por el orden y la armonía en el modo de ver y de pensar la vida, y acaba reflejándose en la mirada, la conversación, el modo de andar y la forma de vestir y presentarse ante los demás.
Se dice que la elegancia es innata, pero creo que se puede educar.
Mueve a imitación. No es violenta –como la seducción-, sino amable, porque está por encima de lo impulsivo e inmediato. La persona elegante es capaz de conservar una cierta distancia para no perturbar la intimidad del otro. Es una forma de habitar el mundo, con el vestido, pero no solo, también con la atención hacia los demás, las maneras, el interés hacia lo noble y desinteresado, lo que afina el espíritu. Es estético y también ético. El vestido y la conducta son expresión de la persona. Reflejan nuestras tendencias, inclinaciones, preferencias.
La elegancia puede ser sencilla, sobria incluso, y no desea ser llamativa. Decía Yves Saint Laurent: “siempre he huido de los artificios porque no los comparto. El disfraz no es para vestir, es para hepatar.”
Comentarios
Me encanta cómo escribes, y después de leer tus post -no sé si me pasa sólo a mí- hace que mi mente, de manera automática, se disponga a reflexionar.
Un beso!
Genial comentario!
Un beso para Demodé (Qué tal os va???)
Un besito fuerte y ya sabes que esta es tu casa, para cuando quieras.