El Nacimiento del Diseño: De Morris a La Bauhaus











¿Qué es el arte? ¿Qué es el diseño? ¿Es el diseño arte? ¿Es por tanto la moda arte? Probablemente el primero en plantearse alguna de estas cuestiones fue el inglés William Morris allá por el siglo XIX y poco después un grupo de utopistas alemanes, los miembros de la Bauhaus.
En el siglo XIX, la industrialización logró un abaratamiento y racionalización de la producción de bienes. Inglaterra se erigió como máxima potencia industrial. Al mismo tiempo un grupo de artistas abogaban por la vuelta a la artesanía con una visión artística y sin el uso de las máquinas. William Morris fue uno de ellos. Se propuso reinventar cada silla, cada mesa, cada cama…En el último tercio del siglo, Morris fundó talleres de trabajo en los que se diseñaba con un estilo propio y en los que perseguía “hacer pensar al obrero y trabajar al artista”. Sus ideales anti-industrialización impregnados de socialismo le condujeron irónicamente a una producción en masa, debido al éxito de sus diseños. Morris desarrolló su faceta como diseñador de moda, creando para los pintores prerrafaelistas vestidos-túnica.

Poco después surgió el movimiento Arts and Craft que sería contemporáneo a los Werkstätte de Viena, enmarcado dentro de la secesión y encaminado principalmente a la producción de objetos para hogares pudientes. El Arts and Crafts fue la antesala de la Bauhaus alemana, “la cultura del pueblo y para el pueblo”.

La Bauhaus (1919-1933) convivió con un contexto político y social marcado por la República de Weimer, la post-industrialización y el avance de la tecnología, el caos del periodo entreguerras, los locos años veinte, Fritz Lang y Metropolis, Bertolt Brech, Man Ray…En Estados Unidos, el voto femenino, el metro, la mujer trabajadora, el jazz y las flappers.






En 1919, tras la primera guerra mundial, Europa comenzó a despertar, aunque ya nada sería lo mismo y parte de la austeridad y practicidad de los tiempos de guerra se quedarían para siempre, especialmente en la clase trabajadora.




La moda por su parte evolucionó vertiginosamente en esta década. Las dos imágenes que aparecen a continuación pertenecen a la revista que publicaba Poiret, Gazette du Bon Ton y las separan únicamente dos años; la primera se publicó en 1918 y la segunda en 1920. En el segundo decenio la mujer comenzó a llevar una vida activa, a practicar deporte, acudir a la oficina y la moda se adaptó al cambio. El volumen de la falda se fue reduciendo hasta desaparecer, el corte en la cintura se desplazó hasta la cadera, las mangas se simplificaron. El pechó se disimulaba y la figura perdió formas. El orientalismo seguía presente pero su fuerza fue disminuyendo con la década. Al rededor de 1925 apareció la falda corta. La mujer se cortó la melena y la mujer andrógina hizo su aparición.







La década comenzó en manos de Poiret y acabó en los talleres de mademoiselle Chanel.

Aunque la Bauhaus no sea un “ismo” con tanta repercusión como el art-deco, las vanguardias, el modernismo, el dadaísmo o el cubismo…sí ha sido decisivo. El minimalismo y racionalismo desarrollado por la Bauhaus como principio existencial, inunda ahora (como principio puramente estético), los locales comerciales, hogares y edificios públicos; lo funcional atrae, la arquitectura de líneas limpias se ha globalizado y las sillas Breuer alcanzan precios desorbitados en las subastas…



Irónicamente, aunque la Bauhaus promovía y propiciaba la creatividad y desechaba la copia, los primeros talleres alemanes se fundaron tras el regreso del prusiano Muthesius, enviado a Inglaterra en calidad de “espía del gusto” para copiar las causas del éxito inglés en la industria de las artes.



La Bauhaus sentó las bases del diseño, sistematizó su formación y lo transformó en filosofía de vida: rodearse de objetos estéticos en la vida diaria. El arte combinado con medios artesanos y tecnología para convertirse en “arte aplicado”, es decir, en diseño.



Las escuelas-taller de la Bauhaus se fueron multiplicando junto con el número de mujeres que se formaban en ellas. Paralelamente se abrieron pequeños talleres privados, que a diferencias de los ingleses sí aprobaban el uso de máquinas y en los que se producían enseres de casa, muebles y textiles.



La creación textil dentro de la Bauhaus se centraba en tres ámbitos: el vestir lúdico, el uniforme de trabajo y la tejeduría.




El vestir lúdico corresponde al vestuario teatral y a los disfraces que ellos mismos confeccionaban para sus fiestas. La Bauhaus reorientó el teatro culto e inaccesible hacia la diversión popular. El teatro se representaba en las fiestas y el vestuario y disfraces eran objeto de debate y análisis conjunto tras la función.




Salvando las distancias, diseñadores como Agatha Ruiz de la Prada o Víktor and Rolf siguen manteniendo este espíritu Bauhaus, lúdico y expresivo en sus creaciones.






El taller textil de la Bauhaus fue dirigido por Otto Dorfner y por Georg Muche. Sin embargo fue en 1925, con la llegada de Gunta Stolzl, cuando la institución alcanzó prestigio y sus alumnas, gracias a la sistematización del proceso creativo llegaron a convertirse en las primeras diseñadoras de tejidos profesionales. La obra y pedagogía de Stolzl tenía un enfoque místico-religioso y alentaba al color como forma de expresión total. Los textiles de la Bauhaus bebían en parte del estudio del arte étnico y del arte primitivo, al que las alumnas del taller podían acceder gracias a la extensa biblioteca de la Bauhaus.






El sistema educativo de la Bauhaus entroncaba dos ámbitos principales: la artesanía popular, gracias al maestro artesano y la interpretación artística de la forma y el color de la mano de los maestros de la forma, artistas muy ligados al expresionismo ( Kandinsky, Gropius…). El taller textil tuvo como maestro de la forma a Paul Klee. Ambos maestros trabajan juntos en la misma dirección para formar a sus alumnos.






En cuanto al uniforme de trabajo, algunos miembros de la Bauhaus abogaban por una indumentaria industrial, similar al mono de trabajo. Se perseguía, al igual que en la arquitectura, la funcionalidad y la simplicidad sin renunciar a la estética. Como indumentaria habitual, los miembros de esta corriente adoptaron el traje de chaqueta tradicional inglés, sin adornos y práctico. Johannes Itten, sin embargo, confeccionó una especie de túnica religiosa (foto izquierda) más pesada que las utilizaba Gustav Klimt (foto medio) o la artista americana Margaret Foster Richardson (foto derecha).

También se desarrollaron otras facetas del diseño relacionadas con la moda, como el diseño de joyas. Naum Slutzky un alumno de la escuela vienesa y más tarde de la Bauhaus creó este conjunto de collar y pendientes en 1929. Como todos los diseños de este movimiento, eran diseños para el futuro, rompedores con el pasado, experimentales y que empleaban nuevos materiales como el plástico, el celuloide, el aluminio o los cromados.




Desde Walter Gropius hasta Van de Rohe…la Bauhaus comulgó con el espíritu del diseño funcional, sin arrogancia, conseguido gracias a la maestría y el dominio de las técnicas y con una vocación social, la de mejorar el mundo. Compendio difícil de encontrar en los endiosados creadores actuales.




Gracias en parte a la Bauhaus, en la actualidad el diseño se valora como una rama más de las artes. La Real Academia de las Artes acoge a diseñadores como Alberto Corazón, el Victoria and Albert o el MOMA ofrecen exposiciones de diseñadores de moda o cuentan con departamento permanentes dedicados a la indumentaria.

Un poco más de espíritu Bauhaus no nos vendría mal porque ente otras cosas, algunos seguimos pensando que el arte puede cambiarnos la vida….¿y la moda?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
muy buena recopilación y reflexión acerca del diseño y la bauhaus, una ayuda para el estudio, gracias!
DeMoDé ha dicho que…
Gracias por el comentario. Aunque no es el tipo de post que solemos colgar, debo decirte que es uno de los que mas visitas recibe.
María
Unknown ha dicho que…
Pues muy buen articulo, muchas gracias por hacerlo, aparte a mi tambien me ayudo para una tarea :D
Anónimo ha dicho que…
Muchas gracias. Lo utilizaré para hablar de la Bauhaus en una clase... ¡En Estados Unidos!

Roy G. Biv.

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